Sabor y Tradición: Tesoros del Valle del Huasco
· Cuatro generaciones creando de calidad excepcional ·Sabores auténticos, fruto de nuestra pasión y respeto por la naturaleza, que deleitan y nutren.
El Secreto de Nuestra Calidad Superior
Prensado en Frío
Conservamos intactas las propiedades y el sabor más puro de cada aceituna.
Rico en Antioxidantes
Un poderoso aliado natural para una dieta equilibrada que anti-envejecimiento.
Cosecha Artesanal
Aceitunas seleccionadas a mano, con el esmero y cuidado de generaciones.
100% Natural
Sin químicos ni conservantes. Solo la auténtica bondad de nuestra tierra.
El Arte de Nuestro Aceite de Oliva Extra Virgen
La dedicación y el proceso artesanal hacen de nuestro aceite una joya culinaria.
En Apukuna, la elaboración de nuestro aceite de oliva extra virgen es un ritual que honra la tradición. Cada aceituna es seleccionada con esmero, para luego ser procesada mediante métodos que aseguran la máxima calidad y pureza:
Nuestros Productos Artesanales
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Del Valle del Huasco a Tu Mesa: Un Sabor Único
Nuestros productos nacen en el fértil Valle del Huasco, un oasis en el corazón de Atacama. Este territorio único, con su clima particular y aguas puras, imprime un carácter distintivo a cada uno de nuestros olivos y sus frutos. El aceite de oliva chileno de Apukuna es un reflejo directo de esta tierra generosa.
Las olivas de Atacama que utilizamos son cosechadas respetando sus ciclos naturales. Especialmente en nuestras aceitunas de mesa, la fermentación natural en salmuera, sin aditivos químicos, permite desarrollar un sabor auténtico y una complejidad que solo los procesos artesanales pueden lograr.
Cada producto Apukuna es una invitación a experimentar la pureza y la riqueza de nuestra tierra, llevando a tu hogar no solo un alimento, sino una parte de nuestra historia y del espíritu del norte de Chile.
Nuestra Historia Viva
Mi bisabuelo Francisco Rojas, fue de los primeros que realizó plantaciones de olivo propiamente tal en el valle de Huasco (antes de eso en la zona se usaban más como cerco y se plantaba principalmente zapallo, choclo, frutillas, etc.). Con esto, unió a sus descendientes con el cultivo, la extracción de aceituna y la fabricación de aceite de oliva.
Ya vamos cuatro generaciones ligadas a este maravilloso árbol y sus frutos, y podemos decir con orgullo que hacemos el mismo aceite de oliva que hacía él en el pasado.
En cada una de las etapas de nuestro aceite, desde que se siembra y riega un olivo, hasta que se entrega en la puerta de su casa, hay un descendiente de él implicado. Apukuna es el legado de esta tradición que sigue más viva que nunca.